sábado, 1 de septiembre de 2012


Cuando puse Cecilia Blanco en el Google me enteré que hay una yudoka española muy famosa que se llama Cecilia Blanco. También hay una actriz porno que se llama Celia Blanco. Sí, Celia, no Cecilia, porque para Google parece que son sinónimos.
Cuando le quise poner nombre a este blog, resultó que ceciliablanco.blogspot ya era patrimonio de una arquitecta llamada Cecilia Blanco. Entonces al mío le tuve que agregar la palabra “escritora” para registrarlo, cosa que suena pretenciosa pero que fue solo un recurso desesperado. Podría haber agregado “hace una rica tortilla de alcauciles” pero era más largo.
Contenta con el nombre de mi blog escribí “Cecilia Blanco escritora” a ver si ahora aparecía en el Google y la primera que salió fue una Celia Blanco que es autora de un manual esotérico de gran venta (ojo, no es la misma Celia de más arriba).
Ahí me acordé de tantas personas que tienen apellidos raros, nombres exóticos o, a falta de ellos, se inventan seudónimos. En algún momento pensé en agregarme el apellido de mi madre, Verberkt, que si bien en Bélgica quizás sea el equivalente a García, en la Argentina suena cool por tener tres consonantes juntas. Pero no lo hice.
Por eso, porque es muy difícil encontrarme en la web, y si me encuentran, vaya a saber si soy yo, es que armé este blog con mis libros, algunas fotos y una breve biografía. Todo está en las pestañas de allá arriba.